De haber tenido esta herramienta hace unos años atrás seriamos los más descansados del mundo y nadie hubiera podido desvirtuar nuestra siesta española. No estaría permitido ni dormir en el trabajo, ni espacios para siesta en aeropuertos, ni cosas de esas raras. La siesta es para hacerla en casita, antes de la comida, si te gusta la siesta del borrego, o después de los exquisitos manjares de madres y abuelas, pero siempre en casa.
Dejando a un lado las tonterías de domingo, Creative Commons nos permite crear diferentes tipos de licencias gratuitas para mantener la autoría de nuestras obras de texto, fotografía o vídeo en este mundo virtual cada vez más inabarcable. Se trata de un soporte virtual, de cierta flexibilidad, que tanto pequeñas como grandes empresas, particulares o colectivos pueden utilizar para proteger sus trabajos. Creative Commons nos permite crear diferentes grados de protección y permisos para la utilización de nuestras obras.
Además de los diferentes grados de privacidad, estas licencias siempre guardan y protegen la propiedad intelectual del creador, es una protección que por defecto viene dada cuando creamos cualquier tipo de licencia, sea más o menos restrictiva. Otras posibilidades que nos dan estas licencias son las de especificar si tu trabajo puede ser compartido habiendo sido modificado o si por el contrario solo puede ser utilizado por terceros cuando mantengan el trabajo intacto. Otra especificación muy valiosa es la de poder definir si tu trabajo puede ser utilizado con fines comerciales o no.
Lo verdaderamente interesante de estas licencias es que son muy fáciles de crear desde la página oficial. Creative Commons ha conseguido resumir en unos cuantos click e iconos, hojas y hojas de legislación y derechos de autor. Para adjuntar un tipo de licencia a cualquiera de tus obras solo tienes que ir seleccionando el nivel de restricción que desees, copiar el código html que se va generando automáticamente y pegarlo en tu trabajo.
La próxima vez que realices tus trabajos y exposiciones, y revises páginas como YouTube, Vimeo o Wikipedía en busca de recursos y material para utilizar, ya sea modificándolo o no, fíjate en los diferentes tipos de licencias de cada uno de los recursos y podrás ahorrarte más de un tirón de orejas de algún autor celosón.
¿Y para qué esta parrafada cuando puedo estar durmiendo la siesta? Pues eso ya es cosa tuya. Como decíamos al inicio del post, vivimos en una comunidad virtual cada vez más grande donde la gente crea, comparte, modifica y vuelve a compartir y al final no sabes dónde empieza y dónde termina el trabajo de una persona. Aquí os traemos una plataforma para ponerle “vallas al campo” y poder defender vuestro trabajo sin que nadie lo copie, modifique o se lleve los méritos.
Aunque siempre eres libre de compartir y hacerlo bajo condiciones, sí así lo deseas, es importante poder defender nuestra autoría y con ello el trabajo y esfuerzo realizado en nuestras creaciones cuando éstas están a la mano de cualquiera. Es una forma de cuidar nuestras palabras, de que nuestras imágenes o vídeos no pueden ser sacados de contexto y dar lugar a malinterpretaciones, es una forma de ser solidario sin que nadie se aproveche de ello.
Y hasta aquí cómo poder defender nuestros trabajos, creaciones, ideas, tiempo y esfuerzo, que ahora toca comer y después siesta.
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