En
la segunda entrada de este blog, vamos a intentar echar toda la carne en el
asador. Trataremos de reflexionar sobre algo que anda encostrado desde hace ya
mucho tiempo en la evaluación del proceso de “aprendizaje”.
Los
exámenes y pruebas estandarizadas han formado parte de nuestra formación
académica desde que el mundo es mundo. Al igual que todo lo demás, estos
métodos han evolucionado y parece, que la razón de ser de los exámenes es hoy
día muy diferente a la que pudieron haber tenido en el pasado. Demostrar lo que
sabemos, lo que somos capaces de crear, se reduce en muchas ocasiones al
esfuerzo puntual y a los conocimientos necesarios para llegar al mínimo
exigido.
No hay nada que pueda cambiarte más la vida que un cinco y éste, en muchas ocasiones, es la razón de ser de muchos alumnos. No el saber, no el aprender, no el descubrir, no el dar respuesta a lo desconocido si no la simple obtención de un cinco. Un número, que según la escala establecida es bajo, pero que al mismo tiempo significa aprobado, apto para poder desempeñar cualquier tarea. Te puede salvar de una conversación acalorada con los que te exigen, proporcionarte algún que otro obsequio y hasta llevarte a lo más alto de tu formación.
No hay nada que pueda cambiarte más la vida que un cinco y éste, en muchas ocasiones, es la razón de ser de muchos alumnos. No el saber, no el aprender, no el descubrir, no el dar respuesta a lo desconocido si no la simple obtención de un cinco. Un número, que según la escala establecida es bajo, pero que al mismo tiempo significa aprobado, apto para poder desempeñar cualquier tarea. Te puede salvar de una conversación acalorada con los que te exigen, proporcionarte algún que otro obsequio y hasta llevarte a lo más alto de tu formación.
Por
lo tanto, si nuestro objetivo como docentes es el aprendizaje, y no el superar
una prueba puntual para
después dejar en el olvido lo leído y memorizado ¿Qué razón de ser tienen los
exámenes? No estamos pidiendo que sean suprimidos, Atenea nos libre, solo
queremos decir que quizás sea hora de darle la vuelta a la tortilla, relegar a
un segundo plano este tipo de métodos usados para demostrar lo que
supuestamente sabemos y empezar a demostrar las cosas de verdad.
Quizás, sería más interesante y conveniente idear otras técnicas y estrategias que posibilitaran la evaluación de una forma diferente al mismo tiempo, que obligan a cambiar las formas de aprender, consiguiendo un aprendizaje duradero y práctico.
Un post que demuestra que la educación está cambiando...y que lo hará gracias a sus maestros. Orgullosos de mis alumnos!!
ResponderEliminarEs lo que tiene cuando por el camino te encuentras un buen guía.
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